Los que aman, odian – Ocampo y Casares

agosto 11, 2013 at 12:13 am (De la nada...)

»-Mi sobrino se pasa las horas jugando en ese barco. Para mí es un misterio que no se aburra. ¿Qué hará allí, solo, todo el día?
-Para mí no es un misterio. Ese barco me da ganas de ser chico.»
La prueba terminó. Ya pasó la hora y contabilidad aburre como nunca. »A que no te animás a tirarle el papel a Alexis», digo mientras señalo una bolita apoyada sobre el banco.
Los bancos puestos en círculo nos dejan al fondo a nosotros, y todos los demás a los costados. Por algún motivo Alexis sentado en el medio.
-¡Ese valió 100!- casi como un grito. Valía por 1000, fue justo a la cabeza. Pasé la hora libre siguiente jugando a tirar bolitas de papel mientras los demás jugaban al tutti frutti.
Denle bola a los libros, nos dibujan la vida.

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